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El atracador de ancianas ataca a otra víctima para robarle cuatro euros

felisa

Una nueva víctima de1 atracador de ancianas acabó en el hospital tras ser asaltada por el violento delincuente que mantiene en jaque a la policía en Valencia desde hace varias semanas. Felisa C. R., de 85 años, sufrió una fractura en un brazo al ser empujada por el ladrón y caer por las escaleras del edificio donde reside en el barrio de la Malvarrosa. El agresor sólo consiguió un exiguo botín de cuatro euros, el dinero que la víctima llevaba en su pequeño monedero.

Los hechos ocurrieron sobre las 12.30 horas del jueves. La anciana, que cumplirá 86 años el próximo 29 de febrero, salió de la casa de su hija Maribel, situada en la calle Guillem Escrivà, para comprar unas gotas en una farmacia cercana. Felisa llevaba 10 euros en un viejo monedero dentro de su bolso, donde guardó los cuatro euros que le sobraron.

Cuando regresó a la vivienda, un hombre vestido con unos pantalones vaqueros y un suéter amarillo, alto y delgado, llegó al patio de la finca al mismo tiempo que Felisa, que llamó al timbre del telefonillo para que su hija le abriera la puerta. La anciana no sospechó del individuo porque creía que era un vecino nuevo. Una vez dentro del edificio, el hombre tomó la delantera hasta que Felisa comenzó a subir las escaleras, y luego se abalanzó sobre ella y le arrebató el bolso de un fuerte tirón. La víctima cayó por las escaleras después de que el delincuente le propinara un empujón. «Se tiró encima de mí como si fuera una fiera, como un león», afirma la anciana con el rostro cariacontecido.

La octogenaria comenzó a chillar para pedir auxilio. ¡Maribelita, ven! ¡Corre, ven!», gritó Felisa. El ladrón salió corriendo y se escabulló en un abrir y cerrar de ojos. La hija de la víctima oyó los chillidos, ya que había dejado la puerta de la casa abierta, y bajó a toda prisa para ayudar a su madre. Creía que se había caído por las escaleras cuando la encontró en el suelo, junto a los dos primeros escalones del patio, y escuchó de nuevos sus quejidos.

Un vecino auxilió también a la anciana y corrió tras el violento individuo, pero no pudo alcanzarlo. Mientras tanto, otra mujer avisó a un policía local que se encontraba en una calle cercana, y el agente pidió el apoyo de varias patrullas para buscar al delincuente. En pocos minutos, el barrio de la Malvarrosa se llenó de patrullas de la Policía Nacional y Policía Local. Sin embargo, el ladrón logró eludir el cerco policial tras esconderse en el cuarto de baño de un bar.

Un equipo médico del SAMU también se desplazó al lugar y trasladó a Felisa al Hospital Clínico, donde le diagnosticaron una fractura de húmero. «Me dijeron que no me podían escayolar el brazo y por eso lo llevo en cabestrillo», explica la anciana. «Fue todo muy rápido. Me quitó el bolso y me tiró por las escaleras», añade con el ceño fruncido.

El jueves por la noche, un nieto de la víctima recibió una llamada telefónica de un amigo, que le dijo que habían encontrado el bolso de Felisa con el DNI y otros documentos. Estaba escondido detrás de la cisterna de un váter en el cuarto de baño de un bar cercano. El delincuente se apoderó de los cuatro euros y de dos juegos de llaves de las casas de la octogenaria y de su hija. También cortó el asa y la colgó en el pomo de la puerta.

La Policía Nacional se hizo cargo de las investigaciones para detener al violento ladrón. Dos agentes acudieron al domicilio de la víctima y le tomaron declaración. La rápida actuación policial evitó el desplazamiento de Felisa a la comisaría y agilizó también las primeras pesquisas.

Todo parece indicar que el autor de este violento robo es el mismo delincuente que agredió a otra anciana el pasado 9 de enero en el barrio de la Malvarrosa. En aquella ocasión, el individuo propinó puñetazos y patadas a la víctima, sin mediar palabra, y luego la arrojó por las escaleras para robarle el bolso con 30 euros.

El método utilizado y las características físicas del ladrón coinciden en los dos casos. En el primer robo, el agresor entró en el portal tras la anciana, que llevaba dos bolsas con los productos que acababa de comprar en un supermercado. Al llegar al rellano del primer piso, empezó a propinarle puñetazos y patadas y la golpeó contra el suelo hasta que cayó escaleras abajo. También abandonó el bolso en un bar cercano y le cortó las asas. 


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