La Guardia Civil sospecha que fueron entrenados por las FARC
La Guardia Civil cree que Jon Rosales y Adur Arístegi, los "etarras de la Roja", detenidos en Gerona en febrero, estuvieron en Venezuela entrenándose en el manejo de armas y explosivos. Tenían órdenes de preparar una ola de atentados en Cataluña.
Ambos no pasaran a la historia precisamente por seguir a rajatabla el "manual del buen etarra". Una de las normas básicas es la discreción: intentar pasar desapercibidos y no ofrecer ninguna pista a la policía sobre su paradero, su entorno y actividades. Pero la moderación no era una de las virtudes de Rosales y Arístegi.
Cuando fueron detenidos por los Mossos d"Esquadra, se descubrió que en su perfil de Facebook mostraban información de todo tipo. Lo más llamativo fue que, en una de las fotos que tenían colgada, abierta a cualquier usuario de la red, se les veía vestidos con una camiseta de la Selección Española. Incluso, uno de ellos había escrito "Podemos!", en referencia al grito usado durante la Eurocopa.
Rosales y Arístegi están acusados de tener órdenes de ETA para montar una base operativa en Cataluña, y, desde allí, iniciar una campaña de atentados.
Las sospechas de los servicios de Información van más allá. Según ha sabido El Confidencial Digital, apuntan a que ambos recibieron entrenamiento en Venezuela, por parte de la guerrilla de las FARC, en el manejo de armas y material explosivo.
Una de las pruebas que demuestran que ambos etarras estuvieron en territorio venezolano es una foto del perfil de Adur Arístegi. En ella se le ve en el famoso "El salto de Ángel" venezolano, la cascada más alta del mundo. Una muestra más de la indiscreción de los presuntos pistoleros.
Fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por ECD explican que los policías que van a desplazarse a Colombia para interrogar a ex miembros de las FARC en prisión, que se han arrepentido, les preguntarán por Jon Rosales y Adur Arístegi. Les interrogarán sobre si los conocen y si les han visto alguna vez.
Las mismas fuentes precisan que el testimonio de estos guerrilleros contritos es clave para demostrar definitivamente, como se sospecha, que miembros de ETA fueron adiestrados por activistas de las FARC en suelo venezolano, con la permisividad del Gobierno de Hugo Chávez.
En total, nueve ex guerrilleros internos en cárceles de Colombia aseguran haber compartido cursillos en campamentos con etarras. Se les mostrarán fotografías y su identificación será de vital importancia para que el juez Eloy Velasco demuestre la conexión entre ETA y las FARC.