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Cientos de ex reclusos y voluntarios de Pastoral Penitenciaria despiden al P. Ximo en la misa exequial presidida por el Arzobispo

Centenares de personas, en su mayoría voluntarios de Pastoral Penitenciaria, y ex reclusos con sus familias, participaron en la misa exequial que presidió el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, en la parroquia Nuestra Señoras de Fátima de Valencia, por el eterno descanso del sacerdote Joaquín Montes Mollá, popularmente conocido como el "Padre Ximo", que falleció a los 82 años, después de más de 40 como capellán de prisiones. En la misa, concelebrada por una treintena de sacerdotes, monseñor Osoro señaló durante la homilía que el Padre Ximo "quiso dibujar con su propia existencia la manera de comportarse de Jesucristo en quien más lo estaba necesitando". De igual manera, recordó cómo a los pocos días de ser nombrado Arzobispo de Valencia el Padre Ximo le pidió que "le acompañara a visitar a un preso en el Centro Penitenciario de Picassent". Una vez allí, "abrió como una celda, en la que sólo se encontraba el Sagrario y una silla, en la que él rezaba durante horas", precisó el Arzobispo que aseguró que "aquello me impactó mucho y cada vez que paso en algún trayecto junto a la prisión recuerdo aquella visita y pido a aquel Preso por todos los demás que están allí con Él". Finalmente, monseñor Osoro expresó su "profunda admiración" por el `Padre Ximo´ "por sus palabras y sus gestos" y ha concluido dando gracias a Dios "por este sacerdote que creyó en todas sus consecuencias que la gran liberación la trae Jesucristo". Al término de la eucaristía, el prelado expresó también su gratitud a las religiosas de la residencia sacerdotal Betania, de la localidad de Quart de Poblet, donde vivía el sacerdote fallecido, por la labor que realizan y que "es una bendición de Dios para nosotros". Igualmente, pronunció unas palabras de profundo agradecimiento a la conclusión de la misa el sacerdote Fernando Giacomucci, fundador del Hogar Social Juvenil (HOSOJU) de la localidad de Aldaia, con el que trabajó durante décadas el sacerdote fallecido para la reinserción de ex presos. Joaquín Montes Mollá Joaquín Montes Mollá nació el 6 de julio de 1930 en la localidad valenciana de Ontinyent, en la que también recibió la ordenación sacerdotal en 1954. En 1955 fue nombrado vicario parroquial en la parroquia de San Juan Bautista, de Manises en 1958, párroco a la iglesia del Inmaculado Corazón de María, de la misma localidad, hasta 1962, cuando fue designado párroco en la Font d´En Carrós, tras lo cual se dedicó a las misiones. En 1968, de nuevo en la diócesis de Valencia, fue párroco de San Pedro Apóstol, de Moixent, donde hoy se le ha recordado con un toque de campanas en su memoria y el lunes, martes y miércoles de la semana que viene se ofrecerán las misas en sufragio de su alma. En 1970 fue nombrado capellán de la entonces Cárcel Modelo de Valencia y desde entonces se ha dedicado ininterrumpidamente a la atención pastoral de la población reclusa. Fue director del Secretariado Diocesano de Pastoral Penitenciaria desde 1996, y, ya jubilado, continuó acudiendo el Centro Penitenciario de Picassent, donde celebró su última misa el pasado 31 de mayo, el día anterior al agravamiento de su enfermedad. Desde el 2010 era capellán voluntario de este centro penitenciario. También fue capellán del Colegio La Misericordia de Valencia, y arcipreste del antiguo Arciprestazgo "Avenida de Castilla". En septiembre de 2009, el "padre Ximo" fue distinguido con la Medalla al Mérito Social Penitenciario otorgada por la secretaría general de Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior, en reconocimiento a su labor con presos durante estas cuatro décadas, según las mismas fuentes. Fotos: ALBERTO SÁIZ/AVAN

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