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Unos datos desconocidos sobre los presos políticos asesinados en la Cárcel Modelo de Madrid el 24 de agosto de 1936

Antonio Manuel Barragán Lacharro

Comenzada la guerra civil, en la zona del Frente Popular se desarrolló una violencia extrema contra cualquier persona o bienes de personas que durante el periodo republicano se había mostrado en contra de la política de cualquier partido integrante de aquélla coalición. Violencia extrema que vino a incrementar la que existía desde las elecciones de febrero. Esta violencia ha sido vendida por algunos historiadores como espontánea y hasta justificada. Pero lo planes de los partidos y sindicatos satelizados en el Frente Popular era la eliminación de esos elementos, indiferente si eran republicanos o monárquicos. Y esto se hacía en el bando que actualmente es considerado como defensor de la legalidad, de la democracia y de la libertad. Esta trilogía de intenciones, entre otras, se puede encontrar en los monumentos que homenajean a los perdedores de la guerra civil. Sin embargo, la Memoria Histórica se encarga de maquillar la historia, los delincuentes son ahora amigos del prójimo, los verdugos son víctimas, y los criminales son puestos al mismo nivel de otras personas inocentes que posiblemente estuvieron en el lugar y sitio equivocado.

Madrid fue una de las principales ciudades en las que ser no afecto al Frente Popular era causa suficiente para ser capturado y asesinado. La Cárcel Modelo de Madrid fue uno de los depósitos de detención de los desafectos del Frente Popular. En la terminología cursi de la izquierda, la Cárcel Modelo sería un lugar de la memoria, donde fueron torturados los detenidos, y asesinados otros. La dictadura desmanteló ese lugar de la memoria y lo convirtió en el Ministerio del Ejército de Aire. En la madrugada del 24 de agosto de 1936 milicianos del Frente Popular penetraron en la Cárcel Modelo y seleccionaron a una serie de detenidos que fueron trasladados a los sótanos de la galería quinta. Los allí llevados fueron asesinados: Fernando Primo de Rivera y Sáenz de Heredia (aviador, capitán de caballería y médico), Julio Ruiz de Alda (piloto del Plus Ultra y fundador de Falange Española), Melquiades Álvarez (ex decano del Colegio de Abogado de Madrid, ex Presidente del Congreso de los Diputados y de ideología republicana), José Martínez de Velasco (Presidente del Partido Agrario, también republicano), Olwaldo Fernando Capaz, (General que dirigió la colonización de Sidi Ifni en 1934), Manuel Rico Avelló (Ministro de Gobernación en 1933 en el Gabinete de Martínez Barrio, Alto Comisario de España en Marruecos en 1934, Ministro de Hacienda en 1936, y diputado a Cortes), Rafael Esparza (ex diputado a Cortes), Ramón Álvarez-Valdés y Castañón (del Partido Republicano-Liberal Democráta y ex diputado a Cortes), Francisco Javier Jiménez de la Puente (Conde de Santa Engracia, ex diputado a Cortes), José María Albiñana (del Partido Nacionalista Español, médico y ex diputado a Cortes) Sobre el particular han tratado los historiadores César Alcalá en Las Checas del terror: La desmemoria al descubierto, o Pío Moa en Los mitos de la Guerra Civil, entre otros. También la Causa General recoge alguna información sobre el particular.

El que más tarde fue ministro de Justicia de la República, el anarquista Juan García Oliver, ha acusado en sus memorias, como integrante de las milicias que asesinaron a estas personalidades a la laureada Margarita Nelken. Pero llama la atención un documento de 1937, obviado por los historiadores, dirigido a Mariano Luján, Juez especial de la Rebelión Militar por el Subdirector General del Banco Hispano Americano. Enviado el 27 de abril, informaba que se estaba procediendo a la apertura violenta e incautación del contenido de las cajas de seguridad 708, 1.739, 1740, 1741, 1685 y 1687 que se encontraban a disposición de ese Juzgado obrando las llaves en poder de Uds. Estas cajas de seguridad contenían los efectos de otras abiertas el 18 de agosto de 1936. Entre aquéllas estaban las de la propiedad de Melquíades Álvarez, Ramón Álvarez Valdés y el Conde de Santa Engracia, asesinados 6 días después en una prisión estatal. Pero también se abrieron las cajas de seguridad pertenecientes a Niceto Alcalá-Zamora (ex Presidente de la República), José María Gil Robles, la Marquesa de Argelles, Rafael Salazar Alonso (del Partido Republicano Radical, ex diputado a Cortes por Badajoz y ex Ministro de la Gobernación), Enrique Vázquez Camarasa, Ignacio Herrero, Álvaro Lobo, José Lázaro Galdiano (financiero, mecenas, editor y coleccionista de arte español), Conde de Cabarrús, Duque de Aliaga y Jesús Lamamié de Clairac. Estos bienes, robados a personalidades republicanas, monárquicas o de cualquier otra tendencia no aparecieron jamás. En la República del Frente Popular precisamente no cabían los monárquicos ni tampoco los republicanos de centro derecha. En muchos casos, y aquí está la prueba, se les aniquilaba físicamente y se robaba. A veces antes, e incluso después de morir. Hay que añadir que los asesinados en la Cárcel Modelo estaban en calidad de detenidos no por haber cometido algún delito, sino por no cometerlo.

Parte de los hechos conocidos fueron obviados por la historiografía documental. Así en el de Granada Televisión (1982) se da una información que se puede calificar como sesgada. Pero es interesante el testimonio de un detenido en la Cárcel Modelo: Ramón Serrano Súñer. Estaba allí con sus hermanos y fue testigo de cómo se llevaron los milicianos del Frente Popular al veterano político republicano Melquíades Álvarez González-Posadas (fundador del Partido Reformista en durante la monarquía, y en el que había militado Manuel Azaña). Álvarez era un anciano de setenta y dos años.


1 Opiniones
  • ANTONIO

    13.01.2013

    ME GUSTARIA HACERME DE UN EJEMPLAR DEL LIBRO D A.MANUEL BARRAGAN,ME PODRIA INDICAR COMO CONSEGUIRLO GTRACIAS

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