JoaquÃn Gaitano Palacios____
A pesar de los pesares algo lejano queda aquella promesa electoral del anterior Gobierno de la Nación.
Refresquemos la memoria: en las elecciones del 2008 el ahora Presidente saliente, Sr. Zapatero, prometÃa la plantación de 45 millones de árboles en el mandato de su legislatura, que sepamos, alegando razones económicas y aunque hubiese sido una realidad, una promesa muy pobre.
Recuerdo también: nuestro futuro Presidente, el Sr. Rajoy, en una de sus declaraciones, por aquello de "aquà estoy yo", queriendo decir que el plantarÃa 50 millones se equivoco y dijo que plantarÃa 500 millones. Algunos se rieron de él, otros no preguntamos, ¿por qué? ¿Acaso serÃa tan descabellado?
Según ciertos estudios, para evitar la desertización de nuestro PaÃs, serÃa necesaria una replantación cercana a esa cifra, entre 400 y 500 millones de árboles.
La deforestación y la desertización son asuntos muy graves que nos afectan directamente y que no debe ser algo a postergar. Indudable, por otra parte, el gran beneficio que otorgarÃa en ingresos por turismo al posibilitar la creación de grandes espacios forestales y la revitalización de comarcas u otras zonas castigadas por el desempleo.
Con independencia de la ocupación laboral para su plantación y las posibilidades de reconversión de colectivos para la misma que actualmente engrosan las listas del paro, lo tan manifestado como excedentes del sector de la construcción, habrÃa que añadir la creación futura de nuevos puestos de trabajo que absorberÃa las actividades de protección forestal y otros añadidos: la madera y sus derivados, caso de la resina de pináceas de gran importancia económica u otras especies autóctonas también generadoras de riqueza. Ejemplo tenemos, caso el de Sierra Espuña, cuya reforestación comenzó a principios de 1889 por Ricardo Codorniu, hoy es el pulmón principal de Murcia, parque natural desde 1978 y, por añadidura, acoge la visita de innumerables visitantes.
Cambiando de tercio y sin alejarnos demasiado de la dualidad problemática, deforestación-paro, hagamos un ejercicio:
Según datos económicos la prestación por desempleo nos está costando, según algunas fuentes, más de 30.474 millones de euros anuales, hay otras que lo aproximan a los 49.000 millones, amén del coste al fomento del empleo.
España necesitarÃa plantar unos 2.000 millones de árboles en 20 años para reforestar aproximadamente 2,5 millones de hectáreas y llegar a que nuestros bosques tengan una superficie cubierta mÃnima del 30%, ello requerirÃa una inversión aproximada de unos 4.000 millones de euros y supondrÃa la creación de 150.000 empleos, a sumar el añadido generado por otras actividades.
¿Acaso esto no significarÃa, a pesar de que de lo simple surge a veces la solución, la plausible creación de cerca de 1.837.500 de empleos, aunque solo fueran la mitad, posibles excedentes del sector de la construcción?
Una pequeña reflexión añadida: una persona que está en el paro, poco o nada consume, quien ahora tiene trabajo, en la desconfianza de cuanto le durará, se aprieta muy mucho el cinturón económico y, en la actual situación socio-económica, todos andamos con la cautela justificada. Como vulgarmente se dice "hay que dar la vuelta a la tortilla": ¿Preferimos pagar subsidios o sueldos dignos generadores de riqueza?
Sr. Rajoy, con independencia de otras medidas generadoras de empleo que, a buen seguro, creo lleva en cartera de su futura Presidencia, soy uno de los que no se rieron de aquel desliz, el de que bajo su mandato plantarÃa 500 millones de árboles. ¿Y por qué no?
El Gobierno de España no puede prestar solamente su atención en el desarrollo de actividades generadoras de riqueza a corto plazo, debemos ser valientes y ambicionar aquello que también sirva para las generaciones futuras. Otros paÃses con menos recursos económicos acometieron el reto, ahà tenemos a EtiopÃa con sus 700 millones de árboles plantados, TurquÃa 400 millones etc. ¿Qué sucederÃa actualmente si no se hubiesen construido, en aquellos años de la "pertinaz sequÃa", los pantanos actuales?
La sartén la tenemos, los huevos y las patatas dispuestos… ¿A que esperar para hacer la tortilla? Eso sÃ, "a la española"!