David Lozano
Alberto Fabra ya tiene secretario general. Su futuro nombramiento ha sentado bastante mal a algunos sectores del PPCV. El elegido hace guiños y seguirá como conseller.
Serafín Castellano fue la mano derecha de Eduardo Zaplana en la legislatura más brillante del de Benidorm al frente de la Generalitat valenciana. Tras el nombramiento de su líder como ministro, se convirtió en todo un ariete del zaplanismo e incluso llegó a poner en apuros al entonces sucesor del presidente, Francisco Camps, quien todavía no controlaba a su grupo parlamentario hecho a la medida de Zaplana. Sin embargo, el paso del tiempo le fue reconvirtiendo y en pocos meses abanderó con entusiasmo los nuevos tiempos del PP valenciano con Camps como líder indiscutible. Ahora, años después, Castellano será el hombre fuerte del nuevo partido de Alberto Fabra.
Y el anuncio de su elección en el congreso de este fin de semana en Alicante no ha dejado indiferente a nadie. Aunque nadie le niega su enorme capacidad de trabajo y su entrega por el partido, llama la atención la tormenta que ha desatado su designación. A estas horas el respaldo que pueda tener la nueva Ejecutiva de Fabra es una incógnita pero diversas fuentes, consultadas por El Semanal Digital, aseguran que habrá un importante número de votos en contra o en blanco. Es inevitable, en este punto, mirar al amplio sector que representa en Valencia Alfonso Rus e incluso Rita Barberá. Ninguno de ellos ve con buenos ojos a Serafín. Fabra tendrá que negociar duramente con estas sensibilidades para conseguir su respaldo y tendrá igualmente que explicar en Alicante el por qué de su elección.
Tormentas aparte, sería injusto no mencionar que el actual conseller de Gobernación también tiene firmes defensores, sobre todo en la provincia de Valencia. Pero sus primeras horas como candidato a la secretaría general del PPCV no han sido fáciles y ha tenido que realizar guiños a toda la militancia. Así, ha destacado de si mismo que lleva "toda la vida" en el partido y que tiene un gran aprecio por todos los compañeros del PP "sin ningún tipo de exclusión". También ha querido obviar la controversia y ha afirmado que el partido "está unido y va a seguir unido y sobre todo en unos tiempos difíciles debido a la situación económica y el desempleo".
Ha despejado una duda sobre su futuro y también del Gobierno valenciano (ya que se especula por una remodelación tras el congreso regional) y ha dicho que seguirá de conseller de Gobernación porque "no me consta otra cosa", aunque bien es cierto que ha recalcado que eso finalmente queda en manos del presidente de la Generalitat.