David Lozano

El dirigente popular se despide esta semana de la institución que ha presidido en los últimos ocho años con dudas sobre su inmediato futuro político y un balance positivo.

Joaquín Ripoll dice adiós el día de San Fermín en lo que será el último pleno de la Diputación de Alicante presidida por él. Personalmente he sido particularmente duro con algunas de las acciones políticas y comportamientos de Ripoll. Es evidente que el mandato del todavía presidente de la Diputación ha tenido muchas sombras, sobre todo en lo relacionado con los fastuosos gastos de representación en viajes, comidas, hoteles de lujo… Excesos que han tenido especial reflejo en el capítulo de contratación de personal con una nómina de asesores sencillamente indecente para los tiempos que corren. En el "debe" hay que apuntarle también (veremos en qué acaba todo) las sospechas sobre el "caso Brugal". Son errores que existen pero que no deben empañar una buena gestión para los pueblos alicantinos desde la institución provincial que ha presidido. Ripoll (a quien considero un nefasto presidente del PP de Alicante) ha tenido un notable balance al frente de la Diputación.

Joaquín Ripoll ha contribuido determinantemente para que la mayoría de pueblos de su provincia hayan tenido un destacado desarrollo en infraestructuras en los últimos años. En época de recortes presupuestarios, la Diputación ha culminado gran parte de los proyectos que se había propuesto. Carreteras, polideportivos, piscinas, dotaciones culturales, instalaciones sociales… han sido la constante en la gestión de Ripoll como presidente. Obras, acciones todas ellas dirigidas a la mejora y desarrollo de la economía de las comarcas alicantinas. Y, salvo también alguna pequeña excepción, inversiones ejecutadas sin tener en cuenta el color político del municipio al que iba a beneficiar la institución provincial con una obra u otra. Actuaciones políticas que han posibilitado una excelente relación entre su equipo de Gobierno y la oposición socialista para beneficio de todos los ciudadanos.

En su "haber" no hay que olvidar tampoco su firme apuesta por la promoción turística de la Costa Blanca, su permanente contacto con el sector, su asistencia a las ferias, organización de todo tipo de eventos y sus acertadas acciones promocionales -como el "fichaje" de Pau Gasol poco antes de que éste ganase el preciado anillo de la NBA- han colocado a la provincia de Alicante en un puesto envidiable en el capítulo de recepción de turistas. En este sentido, Joaquín Ripoll ha sido un defensor a ultranza de la gastronomía alicantina organizando importantes eventos internacionales que han colocado a los productos alicantinos, a sus restaurantes y a sus restauradores en referente mundial. Chapeau, y nunca mejor dicho, también para Ripoll en este capítulo como sobresaliente es la gran obra de su segundo mandato: el auditorio provincial de Alicante, obra ya en funcionamiento que es la infraestructura más importante para la capital de los últimos años.

Listón alto para su sucesora, Luisa Pastor, quien ya ha demostrado ser una eficaz gestora y buena alcaldesa de San Vicente pero ahora tendrá que lidiar con un toro mayor. Sabedor Ripoll de su balance, este lunes se ha despedido: No es por hacer balance, pero me siento satisfecho de las decisiones que he tomado, sí y esto es una despedida", ha dicho. Ha sido una despedida de película para Joaquín Ripoll porque, como él mismo ha ironizado, se ha celebrado en el marco de la presentación del festival de cine que cada verano organiza la localidad alicantina de Alfaz del Pi. Ripoll, como en las películas, ha tenido algo de héroe y algo de villano.