Roberto Rodrigo

Detrás del asalto a la capilla del campus de Somosaguas de la UCM está un grupo de radicales organizados de extrema izquierda que pululan a sus anchas por la universidad ante la complacencia del rector Carlos Berzosa. Tras estos altercados se encuentra una asociación universitaria de extrema izquierda llamada "Contrapoder", ya ves con el nombrecito.

Berzosa se ha mostrado muy complaciente con estos grupos a lo largo de su mandato en la Universidad Complutense. En 2006 en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología estos grupos radicales de izquierdas tienen más acciones a sus espaldas. Uno de los más graves fue el boicot y los insultos a Rosa Díez en una conferencia. José María Aznar fue increpado en la universidad de Oviedo, por grupos de izquierdas, cuando se disponía a dar una conferencia. En la Autónoma el cardenal Rouco Varela se vio obligado a suspender una conferencia por las amenazas que había recibido por parte de estos radicales.

España experimenta un anticlericalismo que recuerda cada vez más al vivido durante la Segunda República. Y este anticlericalismo militante ha ido alimentando a los grupos más radicales en la universidad, lugar destinado supuestamente a la libertad y a la tolerancia. Los ataques a los católicos están siendo constantes y prueba de ello lo tenemos en el Valle de los Caídos, los crucifijos, las capillas y un sinfín de incidentes que ponen de manifiesto el anticlericalismo durante el gobierno socialista.

Estos que se desnudaron en la capilla de la universidad de Madrid deben ser expulsados, no tienen derecho a participar en una universidad que pagamos entre todos. Y al rector ya hace tiempo que lo deberían haber quitado. El abuso social de esta izquierda trasnochada debe ser condenado y penalizado. ¿Qué multa le va a poner Leire Pajín a esta gente? ¿No defiende tanto la igualdad? Pues que defienda también la igualdad religiosa y el respeto. Es asombroso que no haya reacción ni por parte del rector Berzosa ni de la ministrilla Pajín.

Si hablamos del asombroso montante de deuda que tiene el señor Berzosa es para caerse de culo, sin embargo, el elemento continúa en su cargo. Una vergüenza de rector que ningún estudiante universitario se merece. A parte que la universidad de Madrid parece un basurero entre las pintadas y la basura que allí hay.

Hace poco consiguieron cerrar la capilla de la universidad central de Barcelona. Montan un número y el rector dice, como no puedo mantener la seguridad la cierro. Que irresponsable. Estos habían montado otro número anterior para beber cerveza y fumar porros. Se presentaron unos 60 o 70 y al final terminaron boicoteando la consagración sacando cervezas, bocatas, porros…

¿Qué es esto de que haya un grupo de mamarrachos de ciencias políticas intentando recortar los derechos de otros? Encima de políticas, imagínate el futuro que nos aguarda con esta gente que van a montar el número y a desnudarse a una capilla. ¿Por qué no van a desnudarse y a fumar porros a una mezquita? Que vayan a una mezquita estos golfos intolerantes, pero no, ahí no van.

Es algo que ahora estos pijoprogres han puesto de moda y están poniendo a prueba la fortaleza de las instituciones universitarias, que por otra parte parece que no estén por la labor de defender la libertad de culto. Y los católicos no tienen mucho margen de maniobra, porque si por ejemplo un grupo de chicos católicos no les deja entrar en la capilla a estos insensatos seguramente que se produzcan fuertes discusiones con estos cobardes. Y como los católicos les lleguen a zurrar seguro que se hablaría del integrismo católico y de la ultraderecha. Pero claro, más integristas son los musulmanes, sin embargo, estos cobardes no aparecen en una mezquina ni artos de porros.

Esta gente, estos estudiantes de ciencias políticas, ya ves tú, se están comportando como chulos de barrio y la autoridad llamada rector permanece escondido en su despacho y no avisa a la policía. Pero no lo hace porque la sencilla razón de que está de acuerdo con esta tribu de animales. Están perpetrando una serie de delitos contemplados en el código penal y se les debería llevar a los tribunales, siendo un poco permisivo, al menos se les debería expulsar. Si el rector se hace el tonto porque no vive en la universidad se le debería echar por negligencia y si lo sabe, habría que echarlo porque está permitiendo una alteración del orden público con violación de la libertad de culto.

Asalto a un lugar de culto, profanación, ataque a la libertad de conciencia y a los sentimientos religiosos. Esos son algunos de los delitos cometidos por los asaltantes a la capilla y que podrían haber incurrido en un delito establecido en el Código Penal. Concretamente, los artículos 523 y 524, que dicen:

Artículo 523: El que con violencia, amenaza, tumulto o vías de hecho, impidiere, interrumpiere o perturbare los actos, funciones, ceremonias o manifestaciones de las confesiones religiosas inscritas en el correspondiente registro público del Ministerio de Justicia e Interior, será castigado con la pena de prisión de seis meses a seis años, si el hecho se ha cometido en lugar destinado al culto, y con la de multa de cuatro a diez meses si se realiza en cualquier otro lugar.

Artículo 524: El que en templo, lugar destinado al culto o en ceremonias religiosas ejecutare actos de profanación en ofensa de los sentimientos religiosos legalmente tutelados será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o multa de 12 a 24 meses.

Les estamos pagando la carrera a esos cenutrios. ¿Qué se está haciendo en estas universidades? Cada alumno por año nos cuesta en torno a 7.000-8.000 euros pagados con los impuestos de todos los españoles. ¿Ésta gente con esta asimilación de cultura y de educación es lo que estamos sacando de los centros supuestamente mejor dotados que son las universidades?

Estas reacciones no son espontáneas, sino inducidas por un clima laicista irresponsablemente azuzado desde el gobierno. En nombre de un reaccionario progresismo, las actitudes laicistas intentan apoderarse del espacio público en contra de la Constitución, de la tradición histórica y de la libertad religiosa y de culto. Si el rector pusiera voluntad, pondría en marcha las medidas necesarias para garantizar el derecho de profesores y estudiantes a practicar en libertad sus creencias religiosas. Las universidades gozan de autonomía constitucional, pero si el rector es incapaz de cumplir sus obligaciones es evidente que las administraciones deben tomar cartas en el asunto. Se le debe exigir al rector de la UCM, Carlos Berzosa, la expulsión de los delincuentes que asaltaron y profanaron la capilla de la universidad.

¡Asinus asinum fricat!

(El asno frota al asno, es decir, entre ignorantes tienen alabanzas mutuas)