Vicente Nadal

La Transición y la Constitución fueron un gran ejemplo para el mundo entero. España volvía a una democracia -no digo antes de la guerra civil, porque en plena República en los años 34, empezó ya dictadura de Largo Caballero Prieto, es decir, del PSOE de entonces- Pero un espíritu nuevo nacía en los años 77 y 78. Algo estaba cambiando y todos estábamos ilusionados. Manuel Fraga, exministro de Franco presentaba a Santiago Carrillo en el Club Siglo XXI, Balbín en su programa "LA CLAVE" sentó en la misma mesa a Blas Piñar y a Dolores Ibarruri. La derecha de los Suárez, Martín Villa, Arias Salgado y muchos más, cedían poder para que todos los españoles, pensaran como pensaran, pudieran libremente expresar su opinión y dar su voto.

Se realizaron antes y después del Referéndum de la Constitución amnistías, sacando de la cárcel a etarras con delitos de sangre, por considerarlos como presos políticos. La conciliación entre los españoles era ya evidente, todos pactaron la Transición y olvidaron el pasado, y subrayaron muy claro, que en la España democrática, ya no habían ni vencidos ni vencedores.

Los gobiernos de la UCD tuvieron que lidiar con el Ejército, pues había muchos ruidos de sables. ETA no paraba de asesinar. Huelgas que muchas veces no venían a cuento. Pero jamás en los años 80 se vetó a nadie, pensara como pensara, a poder dar una conferencia o charla en alguna Universidad. Sí, había algunos jaleos entre extremistas, pero sin la mayor importancia. Tanto las Juventudes Socialistas, como las de UCD y las pocas que habían de la entonces Alianza Popular, debatían, con respeto, en aulas de Facultades. Quedaba claro que todos querían lo mismo. Democracia! Y si no había reconciliación, era muy difícil llegar a ella.

El pasado lunes cumplía el 32 aniversario la Constitución, y la pregunta que muchos nos podemos hacer sería ¿sirvió para algo?

No voy a entrar en que a las Autonomías se les ha dado muchísimas trasferencias que jamás se tenían que ver dado. O en que la Justicia dependa del poder político. Entro en el odio que hoy existe y que hace treinta y pico de años desapareció. Odio a que eres como ellos, o no vales, odio a la Iglesia Católica, odio a volver a la Guerra Civil, diciendo en ésta "Mala Memoria Histórica" quién mató más y quiénes fueron los malos y los buenos, odio en muchos medios de comunicación a perseguir a políticos de una sola parte y machacarlos, sin que hable la justicia sobre ellos, odio a dar las culpas siempre a los mismos, odio entre las diferentes comunidades autónomas.

Y en esta crisis moral, que es tan importante como la económica porque está enfrentado a los españoles, el único responsable es el Señor Presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero, haciendo leyes, que a la gran mayoría de españoles ni les importaba ni querían, como el aborto, matrimonios del mismo sexo, memoria histórica, reformas de estatutos, dar más a las autonomías en que su partido gobierna que a las que no gobierna, negociaciones con ETA, en fin, y muchísimas más, y todas enfrentando a los españoles.

Este señor, es el único responsable de que este gran espíritu de la Transición, como el gran consenso en la Constitución Española, y los grandes pactos, como el de la Moncloa, que hicieron todos los partidos y todos cediendo, para traer un régimen de libertad a España, se lo ha cargado en siete años. Y lo malo es que, de la crisis económica se podrá salir, tarde, con esfuerzo, pero esta crisis moral que él ha sembrado costara muchos años en que los jóvenes vuelvan a creer, en España, y que somos todos iguales, que la guerra hace muchos años que terminó, y que no hay ni vencidos ni vencedores. Que todas las regiones o comunidades autonómicas, son españolas y tienen en común una bandera y un idioma -respetando tanto los idiomas autóctonos como sus banderas- Y que el respeto y el diálogo, son la fuerza de un país democrático.