Valencia Opinión Revista - Noticias de la Comunidad Valenciana y sus pueblos

MIGUEL HERNÁNDEZ

"Lo más humano de lo humano"

Integro y apasionado. Su verbo cálido va marcado con el sello imborrable de la sinceridad: Porque yo empuño el alma cuando canto y la lengua en corazón tengo bañada. Al contrario de la "ilustrada" opinión de Ortega y Gasset: "Vida es una cosa, poesía otraNo las mezclemos" para Miguel, la creación lírica es la proyección de las más hondas preocupaciones humanas. Es lo personal, "lo más humano de lo humano" el criadero de su poesía. Su biografía queda esculpida en conmovedores poemas líricos sobre el amor, la generación, la maternidad, la esposa, la guerra con sus heridos, la sangre, la muerte, la soledad, el hambre. Nació en Orihuela (1910), la antigua y perfumada Orcelis romana ciudad monumental e histórica, capital de la comarca de la Vega Baja del Segura diócesis, catedral, seminario, gran tradición religiosa yo residí dos años en ella y tenía 28 iglesias rodeada de palmeras y de una exuberante huerta. También es conocida como "Orihuelica del Señor". Hijo de un tratante de ganado y de una ama de casa. Su niñez y adolescencia transcurren en su pueblo natal. A los 10 años ingresa en la Escuela del Ave María, anexa al Colegio de Santo Domingoel más importante de la comarca en aquella época y a los 15 años abandona los estudios. Cuando Miguel sale por la puerta del colegio, ya lleva en su "mochilla interna" el amor a la literatura. Al atardecer, después de ayudar a su padre con el ganado, merodea por el vecindario, conociendo a Gabriel Sijé, estudiante de derecho y aficionado a las letras, que le orienta en sus lecturas, así como D. Luís Almarcha, canónigo de la catedral que le presta libros. Lee a los grandes autores del Siglo de Oro, algunos autores modernos y abundante poesía religiosa. En 1930 empieza a publicar poemas en el semanario El Pueblo, de Orihuela y el diario El Día, de Alicante. Surge en él la fiebre de la fama. En 1931 se lanza a la conquista de Madrid con un puñado de poemas y unas recomendaciones que para nada le sirven. A principios de 1933 regresa fracasado. Por mediación de Ramón Sijé y sus amigos, consigue trabajo en una notaria de Orihuela. Conoce a Josefina Manresa y se enamora (Josefina era hija de Guardia Civil y educada al modo tradicional católico). A los pocos meses formalizan la relación, y el noviazgo lo vivirán según las costumbres tradicionales de Orihuela. Parte de sus vivencias amorosas, así como, la forma que tenía Josefina de entender el noviazgo, lo plasma Miguel en los cuatro versos siguientes: Te me mueres DE CASTA Y DE SENCILLA: estoy convicto, amor, estoy confeso de que, raptor intrépido de un beso, yo te libé la flor de la mejilla. La lectura de Calderón le inspira su auto sacramental: "Quien te ha visto y quien te ve y sombra de lo que eras", que le abrirá las puertas de Madrid a su segunda llegada en 1934. Puede mantenerse gracias a un empleo que le ofrece José María de Cossío, para trabajar en la redacción de una enciclopedia sobre el toreo. En Madrid, el joven poeta provinciano, integro, entusiasta, apasionado, tímido e ingenuo, se halla expuesto a todo tipo de influencias. Esta impresionado por los éxitos de su nuevo círculo de amigos: Altolaguirre, Alberti, Cernuda, Aleixandre y Pablo Neruda. Trata de vender algunos números de la revista "El Gallo Crisis", recién fundada por Ramón Sijé, pero comprueba que ésta no gusta a sus nuevas amistades. Pablo Neruda con ingeniosos sarcasmos anticlericales, le escribe: "Querido Miguel, siento decirte que no me gusta el Gallo Crisis, le hallo demasiado olor a incienso", así como: "Celebro que no te hayas peleado con el Gallo Crisis, pero esto te sobrevendrá a la larga. Tú eres demasiado sano para soportar ese tufo sotánico-satánico". Sobre todo Neruda y Alberti, influyen en Miguel, tanto en su forma poética, que ahora se convierte en revolucionaria, como en su ideología social y política. Ramón Sijé teme perder a su gran amigo para sus ideales neocatólicos, pero pronto asume que el ambiente de Madrid puede más que los ecos de la lejana Orihuela. Miguel aparta, en cierto modo, a sus antiguos amigos y a su novia. Al poco tiempo muere Ramón Sijé, cuando Miguel conoce la noticia, le duele y se recrimina no haber podido conciliarse con él. Tiene necesidad interna de reconciliación y escribe una de las tres mejores elegías de la lengua española: Elegía a Ramón Sijé (1936) . He aquí unos versos: No hay extensión más grande que mi herida lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida. Cuando estalla la Guerra Civil toma parte por la República y su creación poética se transforma en arma de lucha. Es comisario de cultura en el batallón de El Campesino. La situación convulsa que se encuentra España, supone una gran trasformación en su noviazgo. Le escribe Miguel a Josefina a finales de 1936: Necesito tu persona y con tu persona, la vida sencilla de OrihuelaNo quiero vivir solo. La pareja contrae matrimonio civil en marzo de 1937 en Orihuela. Josefina queda preñada al poco tiempo y Miguel le escribe un poema que está considerado, posiblemente, como el mejor poema de amor de un hombre casado a su esposa: La canción del esposo soldado (1937). Los cuatro versos siguientes son de un lirismo avasallador: no toma la muerte aunque se la ofrezcan todos los días en el campo de batalla, porque tiene una esposa a quien ama y a la que él da vida en esa muerte que rechaza: Espejo de mi carne, sustento de mis alas, te doy vida en la muerte que me dan y no tomo. Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas ansiado por el plomo. En diciembre de 1937, nace Manuel Ramón, su primer hijo, supone una gran ilusión a la pareja. La dicha dura poco, el niño muere a los pocos meses. A principios de 1939, nace su segundo hijo, Manuel Miguel. Josefina está sola, Miguel en el frente de Jaén. En la primavera de 1939, ante la derrota del ejército republicano, Miguel intenta cruzar la frontera portuguesa, y es detenido y entregado a las autoridades españolas. Así comienza su peregrinar por las cárceles españolas. Su esposa le escribe una carta, en la que le cuenta que principalmente se alimenta de cebollas, de esta carta surge el famoso poema Nanas de la Cebolla: LA CEBOLLA es escarcha cerrada y pobre. Escarcha de tus días y de mis noches. Inesperadamente, en septiembre es puesto en libertad. En este momento, arrastrado por el amor a los suyos, comete un fatídico error: "volver a Orihuela". Es delatado y detenido, juzgado y condenado a muerte. Cossío y Luís Almarcha, vicario general de la Diócesis de Orihuela y amigo de la juventud, interceden por él. Se le conmuta la pena de muerte por la de 30 años. Trasladado al Reformatorio de Adultos de Alicante, enferma de tuberculosis. Josefina, presintiendo que el final se acerca y movida por su antigua formación, desea una boda religiosa. La ceremonia se celebra en la enfermería del Reformatorio, 24 días antes del fallecimiento del poeta. Muere el 28 de marzo de 1942. Tenía 31 años. Sus últimos versos quedan como testimonio de fraternidad y todo lo más bello del universo: Adios, hermanos, camaradas, amigos: despedidme del sol y de los trigos! Dos días después fue enterrado en un nicho del cementerio de Alicante. En 1987, sus restos fueron trasladados al "Panteón de hijos ilustres" del cementerio de Alicante. Con él descansan su esposa Josefina y su hijo Manuel Miguel. AGRADECIMIENTO.- Quiero agradecer a Jesucristo Riquelme, lo mucho que me ofreció, para un mejor conocer a Miguel Hernández hombre y poeta, durante mi estancia de dos años en Orihuela.

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