Los terciarios capuchinos de Valencia han repartido durante los últimos seis años más de 7.000 medallas de su fundador, Luis Amigó y Ferrer (Massamagrell, 1854-1934), que incluyen reliquias procedentes de tejidos y trozos de tela de los hábitos, túnicas e indumentaria que llevó el propio religioso, actualmente en proceso de beatificación.Las medallas "han sido solicitadas, en su mayoría, por terciarios capuchinos y terciarias capuchinas, procedentes de más de una veintena de países, que visitaron en Godella el Seminario San José, regido por la congregación, y que acoge un museo con pertenencias del religioso", según ha indicado hoy a la agencia AVAN el religioso Agripino González, vicepostulador de la causa de beatificación del fundador.
En la actualidad, las medallas se encuentran repartidas ya "por los cinco continentes", en conventos, monasterios y comunidades de terciarios y terciarias para los que fueron solicitadas o en "lugares en donde estuvo el propio Luis Amigó".
Las piezas son elaboradas en un taller de orfebrería de Rafelbunyol, con un material brillante plateado, y tienen el tamaño de una moneda de dos céntimos. Por un lado, "cuentan con una imagen grabada del venerable Luis Amigó" y, por el otro, con "una pequeña reliquia de tela o tejido" y una inscripción que certifica su autenticidad.
Así, "las medallas han llegado ya a numerosos países de África, como Costa de Marfil, Benin o Guinea y de Asia, entre ellos Filipinas, Corea o India, además de América del Sur y Europa", según ha explicado. Igualmente, han sido solicitadas medallas desde comunidades de religiosos y religiosas de diferentes diócesis españolas, "con el fin de encomendarse al fundador", ha añadido.
No obstante, "algunos pedidos son gestionados también por internet a través de la página web de la congregación, www.terciarioscapuchinos.es", según Agripino González.
Reliquias de mártires de la familia amigoniana
De otro lado, los terciarios capuchinos también distribuyen y reciben "constantemente" peticiones de reliquias de mártires pertenecientes a la familia amigoniana, que fueron beatificados en marzo de 2001 en Roma por el entonces papa Juan Pablo II dentro del grupo de 233 mártires españoles. En este caso han sido distribuidas hasta el momento más de 200 reliquias de los beatos, correspondientes en este caso a restos óseos, albergados en tecas o pequeños relicarios y que cuentan "con certificado de autenticidad".
Además de las reliquias "enviadas a instituciones o fraternidades, tanto de las hermanas como de los hermanos Terciarios Capuchinos, hasta el presente nos han solicitado reliquias desde Holanda, El Salvador, Vietnam, Arabia Saudí, Polonia, Emiratos Árabes, Singapur, Italia, Argentina, Canadá, Estados Unidos, Australia, Nicaragua, España, Portugal, Costa Rica, Israel, Palestina, Sudáfrica, Nueva Zelanda y, especialmente, desde Brasil, México y Filipinas", ha explicado.
Luis Amigó y Ferrer
El religioso capuchino Luis Amigó y Ferrer nació en Masamagrell el 17 de octubre de 1854. En 1874 ingresó en el convento que los Hermanos Menores Capuchinos regentaban en las afueras de Bayona (Francia).
De regreso a España, Luis Amigó fue ordenado sacerdote, "siendo sus grandes preocupaciones el cuidado de los encarcelados y la educación cristiana de la juventud", según fuentes de la congregación en Valencia.
Luis Amigó fundó el 11 de mayo de 1885 la congregación de las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia en el Santuario de Nuestra Señora de Montiel, en la localidad valenciana de Benaguacil. De igual forma, cuatro años más tarde fundó la congregación de los religiosos Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores.
El 9 de junio de 1907, recibió la consagración episcopal, ejerciendo como obispo en la diócesis de Solsona, hasta 1913, año en que fue designado titular de la de Segorbe, donde permaneció hasta su fallecimiento en 1934.?
fOTOS: AVAN