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Lío socialista por el chapapote con damnificados: Alarte y Ana Botella

David Lozano

Zapatero puede dar la puntilla y no a los valencianos como denuncia el PP la "estocada de muerte" la asesta al socialismo valenciano con su decisión sobre los pozos petrolíferos.

El "chapapote" valenciano puede hundir definitivamente a los socialistas valencianos. Las prospecciones petrolíferas que ha autorizado el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en la costa levantina no sólo cuenta con la frontal oposición de las instituciones valencianas, del PP o de la ciudadanía también comienza a resquebrajar la endeble unidad de los socialistas valencianos, recompuesta únicamente a marchas forzadas para hacer frente a las elecciones locales y autonómicas. La unidad ahora salta por los aires "gracias" al silencio del secretario general del PSPV, Jorge Alarte, ante esta decisión gubernamental que podría literalmente cargase el turismo en la Comunidad Valenciana, amén de las consecuencias medioambientales.

Los principales barones socialistas no están de acuerdo en asumir el nuevo charco en el que le sumerge hasta el fango La Moncloa y miran directamente a Alarte. Los socialistas saben que el silencio de su secretario general mucho tendría con el agradecimiento de éste al recambio aprobado en la Delegación del Gobierno. Alfredo Pérez Rubalcaba accedió a la sustitución de Ricardo Peralta a cambio de que el PSPV, al menos oficialmente, no se opusiese a la búsqueda de petróleo en las costas valencianas. Sin embargo, rápidamente se ha roto la disciplina y el primer socialista díscolo no ha tardado en salir a la palestra. Y encima es un dirigente de peso.

José Manuel Orengo, alcalde de Gandia, se ha alineado con la decisión del PPCV y, como el resto de ayuntamientos de color popular, presentará en el que él gobierna una moción en contra de la decisión del Ejecutivo central o, lo que es lo mismo, en contra de su propio partido. Gandia es el único ayuntamiento socialista al que afecta la decisión del Consejo de Ministros de instalar plataformas petrolíferas en las zonas 1 y 2 del Golfo de Valencia. Orengo, uno de los barones socialistas del momento, cuenta también con el respaldo incondicional de muchos compañeros de partido que ya consideran catastrófica, electoralmente hablando, esta nueva decisión del Gobierno de Rodríguez Zapatero. El liderazgo de Jorge Alarte vuelve a tambalearse.

Otra damnificada directa del "chapapote" va a ser precisamente la nueva Delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Ana Botella. Botella se estrena este martes con el difícil papel, el imposible, de explicar a la sociedad valenciana por qué el Gobierno ha autorizado esas prospecciones petrolíferas. Un desagradable estreno para la Delegada que tendrá que ser la cara y la voz de una de las peores noticias con el que el Gobierno ha obsequiado a los valencianos. La nueva Delegada accede ya al cargo con una mancha, una hipoteca y "la guerra de las plataformas" está servida mientras nadie del Gobierno -ni siquiera el ministro, Miguel Sebastián- da la cara.


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