Un día antes de que fuera bajado el escudo de España diseñado por el escultor Pérez Comendador para el antiguo Palacio de Justicia de Cáceres (hoy sede del Tribunal Superior de Justicia) confirmó que el citado blasón es Bien de Interés Cultural. Durante tres meses, y esperando hasta el último momento, la Consejería de Cultura no ha querido pronunciarse sobre esta específica cuestión, lo cual ha provocado la consumación del expolio. El blasón retirado ha sido entregado al Museo de Cáceres. Además, según asevera el Director de esta institución «ha sido restaurado de los pequeños desperfectos que presentaba», sin especificar si han sido provocados éstos durante su extracción, en cuyas operaciones se han utilizado cinceles, una radial y un taladro.

Esta cuestión supone que todas las actuaciones se han realizado al margen del ordenamiento jurídico, ya que los bienes de interés cultural no se rigen por la Ley de Memoria Histórica, sino por la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español, y también por la Ley extremeña de 1999. Así, según el artículo 18 de la ley estatal dispone que los BIC es «inseparable de su entorno» como en este caso se ha realizado. Además, se obliga a los poderes públicos a procurar por todos los medios de la técnica la conservación, consolidación y mejora de estos bienes protegidos del Patrimonio Histórico.

En el día de ayer fue colocada la primera pieza del escudo que ha de sustituir al blasón de Pérez Comendador. Más pequeño que el retirado, el nuevo escudo no poseerá el impresionante altorrelieve del expoliado, el cual le hacía como uno de los más importantes de la ciudad monumental de Cáceres, Patrimonio de la Humanidad. Realizado el nuevo en piedra artificial, tiene un tono distinto al antiguo (ésta está tallado en granito de la misma cantera que el resto de la fábrica del edificio). La propia Ley de Patrimonio Histórico español prohíbe taxativamente estas actuaciones, porque su espíritu es conservacionista según ordena el artículo 46 de Constitución.