Ibiza Melian
ExponÃamos con anterioridad que cualquier partido polÃtico que aspire a gobernar ha de transmitir óptimamente su mensaje, en pro de que el elector lo entienda, aprenda y recuerde, al destacar sobre el resto. Para lo que resulta trascendental conocer nuestras debilidades y fortalezas con respecto a nuestros oponentes. Pero además necesitamos saber lo máximo posible de nuestra audiencia. Y es que en las actuales sociedades, diversas y complejas, conviven dispares colectivos que tamizarán lo expuesto a través de sus filtros culturales. Por lo que nuevamente en el estudio y preparación radica la base del éxito.
Mostrándose imprescindible recurrir a la investigación etnográfica, método propio de la AntropologÃa Social o Cultural, uno de los subcampos de la ciencia antropológica que considera al ser humano en su globalidad. Tratando de entender a cada grupo desde una perspectiva "emic", creencias, y "etic", con un escrutinio cientÃfico y objetivo. Haciendo uso de las variadas técnicas de campo: la observación conversación, entrevistas y entrevistas dirigidas…Obteniendo la información mediante: la historia personal de individuos, por una razón u otra, destacados (historias de vida) de informantes privilegiados, personas que por una concreta particularidad pueden otorgar unos conocimientos más completos, ya sea por su experiencia personal, estudios o cualquier otra circunstancia etc. Labor que conducirá a un extenso trabajo sobre la sociedad auscultada y que nos servirá como hoja de ruta a la hora de construir nuestro mensaje.
Puesto que la vigente globalización trae consigo una infinita interconexión, sustituyendo los antiguos parámetros de gobernabilidad por los de gobernanza. Donde el Estado cede poder a otras instituciones: hacia abajo, los ayuntamientos, por ser las corporaciones más cercanas al ciudadano hacia arriba, a organismos transestatales: ONU, OTAN, UE,… hacia el mercado. Colaborando en las medidas a implementar con los dispares colectivos cÃvicos o empresariales. Aumentando la interacción y las conversaciones multidireccionales, dirigiéndonos hacia contextos mucho más participativos.
Conclusivamente caminamos hacia sociedades interculturales, plenamente conscientes de que el fin último de la polÃtica es la cohesión social. Conllevando el perenne conflicto a la ingobernabilidad, y por ende a la transformación, o en el peor de los casos, a la fractura del sistema.
Lo contrario serÃa la asimilación, perdiendo los grupos minoritarios su cultura en favor de la dominante. A buen seguro germen de problemas futuros, que habitualmente suelen gestarse durante años, hasta que un buen dÃa hacen eclosión. Y todos recordaremos los incidentes acaecidos en la periferia parisiense en el 2005, con miles de coches quemados y numerosos detenidos.
Es por lo que los gobernantes, bajo la premisa de responsabilidad, deben medir sus palabras, potenciando la tolerancia, enfatizando en la riqueza que aporta a un pueblo la diversidad. Lo que exclusivamente se consigue con el conocimiento del otro, erradicando posturas etnocentristas, propensas a reputar como la mejor la propia cultura en comparación con las demás, con el consiguiente menosprecio de las mismas. Pero evitando caer en el relativismo cultural, que, en el supuesto más extremo, se niega a valorar acción alguna de otra cultura. Porque por encima de todo están los derechos fundamentales e individuales del ser humano, que son universales, derechos inalienables como: la justicia, la libertad, la igualdad, la dignidad, libertad de expresión y libre pensamiento,…
Y es que un pueblo educado en valores interculturales nos transformarÃa en una sociedad más abierta, justa y equitativa. Aceptando y comprendiendo las caracterÃsticas del otro. Sociedad ideal por la que, entre otros muchos, ya suspiraba el reverendo Martin Luther King en 1963. Visión que plasmó en su célebre discurso del 28 de Agosto pronunciado en Washington, EEUU, ante el monumento del expresidente norteamericano, Lincoln, con motivo de la Marcha por el Trabajo y la Libertad:
"(…) Yo tengo un sueño que un dÃa esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo, creemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales. (…)
(…) Yo tengo un sueño hoy! (…)
(…) Esta es nuestra esperanza. (…)
Con esta fe seremos capaces de transformar las discordancias de nuestra nación en una hermosa sinfonÃa de hermandad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a prisión juntos, de luchar por nuestra libertad juntos, con la certeza de que un dÃa seremos libres. (…)
(…) Y cuando esto ocurra, cuando dejemos resonar la libertad, cuando la dejemos resonar desde cada pueblo y cada caserÃo, desde cada estado y cada ciudad, seremos capaces de apresurar la llegada de ese dÃa cuando todos los hijos de Dios, hombres negros y hombres blancos, judÃos y gentiles, protestantes y católicos, serán capaces de unir sus manos y cantar las palabras de un viejo espiritual negro: "¡Por fin somos libres! Por fin somos libres! Gracias a Dios todopoderoso, por fin somos libres!""
David
El discurso de Martin Luther King fue algo histórico, no conviene olvidarlo.
Juan Carlos
La comida argentina está muy buena, y la china también...La pakistanà no tanto pero bueno...
José RamÃrez
Yo creo que la interculturalidad ha de ser cuando de lo que te "nutres" sea positivo. El problema es que hemos recibido flujos migratorios desde argentina, Marruevos y ciertos paÃses en descomposición sub-saharianos y la verdad, la cultura que nos han transmitido ha sido más bien de podredumbre. Si vinieran aquà otros europeos y de américa del norte o japoneses o de ciertos paÃses del este (no todos), sà corroborarÃa lo dicho en el artÃculo, pero es un problema cuando te "interculturalizas" respecto de culturas más pobres o rencorosas.
joan
Los moros construyeron parte del sistema de riego valenciano. Asà es que sà nos aprovechamos.
Levy
Efectivamente la cultura del Islam no ha traÃdo nada bueno a España...Sobre todo desde el 2011. Y tampoco a los EEUU, sobre todo desde los ataques TERRORISTAS del 11-S en 2001.
Janice
El problema es cuando culturas como el Islam pretenden islamizarte y caemos en la trampa de la "interculturalidad".