Juan Antonio Rivera Hace ya casi un año, escribí un artículo sobre la adopción de mi perra Zar, la cual adopte en la protectora Ribercan. En ese artículo relate a través de palabras escritas, muchos sentimientos, sobre las atrocidades que los seres humanos, somos capaces de hacer El daño que hacemos a los animales de compañía. Estos animales que nos brindan todo su cariño y nos llenan de alegría. Que aunque a veces nos hagan algún destrozo en la casa, debemos recordar que los humanos por desgracia, estamos destruyendo el mundo. Después de esta introducción, que parece que no tiene nada que ver con la fotografía de sentimientos, sí que lo tiene. El día que estuve en Ribercan, pude comprobar el enorme esfuerzo que realizan un grupo de chicas y chicos, que gracias a ellos la protectora sigue adelante y los animales están bien atendidos. Entre estas personas, tuve el placer de conocer a una estupenda chica, que se llama Beatriz, la cual colabora en esta protectora. Hablando con ella, sobre los problemas que tiene esta protectora, la falta de ayudas y todos los esfuerzos que tienen que realizar para que estos animales puedan subsistir, me fue presentando a perros y contando la historia de cada uno de ellos y de cómo habían llegado al centro. Entre ellos a Zar, que llego en un estado lamentable y el veterinario dio muy pocas posibilidades de que sobre viviera, pero gracias a estas personas que ayudan a los animales, por suerte para nosotros y para, Zar se repuso del todo y actualmente tiene una estupenda salud. Enseguida me di cuenta de que Beatriz trataba a un podenco de avanzada edad, de una manera muy especial. Enseguida me di cuenta que entre ellos había un vinculo muy especial y que ambos se tenían un cariño enorme. Este podenco se llama Larry, tenía y tiene una avanzada edad. Me conto lo mal que lo había pasado y los problemas que hay, para que la gente adopte a perros de cierta edad, como era este caso con más de 10 años, exactamente creo recordar que Larry tenía en ese momento 13. Al ver esta complicidad entre ellos, la forma de jugar, las caricias, la alegría que Larry provocaba en Beatriz y Beatriz a Larry, no pude más que pedir a Beatriz por favor que posara para mi cámara con Larry, para inmortalizar el momento. Esta es la foto, que muestro en este artículo. La de un perro que esperaba ser acogido y adoptado, que lo tenía muy complicado y ya llevaba varios años esperando ese día y la de una persona que da todo lo que puede por los animales. Para las personas que hayan leído hasta el final este articulo, decir que Larry fue adoptado y se lo llevo una estupenda familia. Sé que Beatriz se alegro un montón de que Larry fuera adoptado, pero también se, que algo se le rompió por dentro cuando Larry fue adoptado. Espero poder seguir escribiendo o más bien realizando fotografías de este tipo y sobre todo con finales felices y sobre todo hay que ayudar a estas protectoras, ya sea con alimentos, haciéndose familias de acogida o adoptando. Un saludo