David Lozano
El presidente del PPCV y de la Generalitat aprovecha los dÃas menor actividad que brinda este mes para acercarse a poblaciones y/o dirigentes más "sensibles".
En cuestión de unas horas
Alberto Fabra pasó para el común de los mortales de ser casi un desconocido alcalde de Castellón a ser el elegido para relevar nada más y nada menos que al dimisionario Francisco Camps. En cuestión de minutos, su nombre, su curriculum o su foto (para ver que no se trataba de
Carlos Fabra) fueron lo más buscado en Internet y su carrera polÃtica se catapultaba a lo más alto. El ciudadano medio no conocÃa al nuevo presidente, pero tampoco muchos de sus compañeros de partido sabÃan exactamente quién era y de dónde venÃa
Alberto Fabra. Desconocimiento real pese a que en Madrid su nombre ya habÃa sonado en alguna ocasión, sobre todo coincidiendo con las crisis que iban marcando las filtraciones sobre Gürtel, como posible sucesor de un
Camps que no veÃa con malos ojos al castellonense como su delfÃn.
Lo de tomar posesión como presidente del Consell ha sido -sin duda sin que menosprecie con ello la alta responsabilidad institucional- el camino más sencillo que hasta ahora ha tenido que recorrer
Fabra porque lo más sinuoso del trazado ha quedado reservado para los asuntos propios de partido. La "espinita" clavada en el corazón del presidente provincial del PP valenciano,
Alfonso Rus, por las formas de su nombramiento (del que se enteró por la prensa) ha sido sólo el inicio de algunos asuntos domésticos que han conducido a
Alberto Fabra a la cruda realidad de lo que significa también el mandato del PPCV. Sus primeras horas como presidente se las reservó a
Sonia Castedo, dirigente con la que tiene muy buena sintonÃa y de la que recabó información de primera mano sobre la situación actual del convulso partido en Alicante tras la decapitación polÃtica de
JoaquÃn Ripoll.
Ronda de contactos intensa en el sur de la Comunidad que culminaron con una fugaz entrevista, de la que ya informó
El Semanal Digital, con
Ripoll en la que el todavÃa presidente provincial alicantino le pidió al nuevo lÃder del PPCV que accediese a nombrarle presidente de la Autoridad Portuaria de Alicante. Un deseo que se puede materializar, según aseguran fuentes de la Generalitat a este diario, el próximo 26 de agosto. Con este más que probable nombramiento
Fabra cumple asà una promesa de Génova que aseguraba "vida después de la Diputación" para Ripoll y, además, da un paso en firme para pacificar el PP de Alicante. La designación de
JoaquÃn Ripoll como presidente del Puerto forzarÃa su dimisión como presidente provincial del PP y la dirección regional podrÃa entonces nombrar una gestora "a su medida" que se harÃa cargo del partido hasta después de las elecciones generales.
Con Alicante teóricamente resuelto y Castellón lógicamente contento, este dÃa de la Asunción el presidente lo ha dedicado Ãntegramente en atenciones a
Alfonso Rus. Fabra ha girado visita al Ayuntamiento de Xátiva, cuyo alcalde es
Rus, para después pasar el dÃa recorriendo la feria del municipio en plena festividad. Una visita que trasciende más allá de lo anecdótico e institucional porque representa la formalización de las relaciones entre ambos dirigentes y el cierre definitivo de la polémica tras la elección del de Castellón como sucesor de
Francisco Camps.