Valencia Opinión Revista - Noticias de la Comunidad Valenciana y sus pueblos

Elecciones catalanas

Luis del Pino

Editorial del programa Sin Complejos del sábado 13/11/2010

El próximo día 28 de noviembre se celebran elecciones autonómicas en Cataluña. Y en las semanas previas al inicio de campaña hemos asistido a una progresiva degradación del discurso, especialmente por parte de los partidos nacionalistas.

Hemos podido ver, por ejemplo, los comentarios de viejo rijoso que Durán Lleida hacía, a cuenta de la ropa interior de una reportera hemos podido contemplar a Joan Ridao morreando en pantalla con otra periodista y hemos conocido que Joan Laporta ha fichado a una actriz porno para sus mítines electorales.

Casi parece que los partidos nacionalistas estuvieran especialmente empeñados en convertir estas elecciones en un auténtico circo. Y a la vista de la encuesta que ayer hacía pública el Centro de Investigaciones Sociológicas, no me extraña en absoluto.

La "cocina" de los datos que hace el CIS es muy criticada hoy en ciertos medios, dado que otorga al PP unos resultados muy pobres, que no parecen estar en consonancia con los que otras encuestas arrojan.

Pero si prescindimos de esos datos cocinados y nos sumergimos en el análisis de los datos directos de la encuesta, comparándolos con la otra encuesta similar que el CIS hizo hace cuatro años, nos encontramos con algunas cosas realmente interesantes.

1) El Partido Socialista de Cataluña y Esquerra Republicana de Cataluña sufren un auténtico desplome, de entre el 25% y el 30% de los votos. De los miembros del tripartito, el único que se salva es Iniciativa por Cataluña, que recogería a una parte de los electores socialistas descontentos y sube unas décimas en intención directa de voto.

2) Convergencia y Unión no experimenta, en contra de lo que se nos ha intentado vender, ninguna subida. Su voto declarado (intención directa de voto más simpatía) es exactamente el mismo que hace cuatro años. La subida en escaños que le otorgan las encuestas se debe, exclusivamente, a la caída del PSC y de ERC, no a que CIU consiga despertar las ilusiones de ningún nuevo elector.

3) El voto netamente independentista está más fragmentado que nunca, ya que una parte de los electores de ERC ha huido hacia formaciones minoritarias, como Reagrupament y el partido de Joan Laporta, que podrían llegar a entrar en el Parlamento con una representación mínima.

4) El número de electores que declaran que se abstendrán sube del 15 al 20%, mientras que los que declaran que votarán en blanco ascienden del 3,8 al 7,5%, convirtiendo al voto en blanco en el tercer partido de Cataluña. La abstención en las próximas elecciones podría superar el 50%.

5) Por su parte, el Partido Popular sube en voto declarado, al igual que lo hace Ciudadanos, que en el peor de los casos revalidaría sus resultados de hace cuatro años y que, en el mejor de los casos, podría experimentar una importante subida.

¿Qué podemos deducir de todo esto? Pues que existen una desmovilización y un desánimo crecientes en el electorado catalán, pero esa desmovilización afecta, fundamentalmente, a los partidos nacionalistas, PSC incluido.

Hay, de hecho, otro dato bastante llamativo en la encuesta. En los últimos cuatro años, el número de catalanes que se sienten exclusivamente catalanes ha descendido del 17,5 al 14,5% y el número de los que se sienten más catalanes que españoles ha bajado del 27,8% al 22,5%. Por el contrario, el número de los que se sienten más españoles que catalanes ha subido del 5,4 al 6,7% y el número de los que se sienten exclusivamente españoles ha pasado del 6,6 al 9,9%.

Esos datos confirman que está en marcha un profundo cambio de tendencia en la mentalidad de la sociedad catalana, que comienza a alejarse de forma visible de ese nacionalismo que en los últimos treinta años no ha hecho sino empobrecer económica, cultural y socialmente a una Cataluña que antes era la región más avanzada de España.

De hecho, el próximo 28 de noviembre podríamos perfectamente encontrarnos con que la suma de escaños del PP y Ciudadanos sobrepase, por vez primera desde que existe la democracia, la barrera de los veinte diputados no nacionalistas, que hasta ahora parecía infranqueable. Eso le complicaría a CIU enormemente las matemáticas postelectorales.

Cataluña, lejos de lo que algunos sostienen, es perfectamente recuperable. Han llegado tan lejos los delirios nacionalistas que la sociedad comienza a volver la espalda a lo que hasta ahora ha sido la ideología dominante.

No es de extrañar, por tanto, que los partidos nacionalistas traten de convertir la campaña electoral en un circo. Frente a eso, es obligación de todos nosotros mantener la racionalidad del discurso y trasladar a los electores catalanes la importancia que estas elecciones tienen.

Es mucho lo que todos - no sólo los catalanes - nos jugamos en las elecciones autonómicas del próximo 28 de noviembre. Y todos tenemos la obligación de ayudar a que se confirme ese cambio de tendencia al que las encuestas apuntan. Porque, si se confirma, podríamos empezar a vislumbrar, por fin, una solución al problema catalán.


0 Opiniones
Dinos lo que piensas, deja tu comentario
4305 + 1

Campos obligatorios (*)

El email no será publicado.

Por seguridad, toda etiqueta HTML será reemplazadas a texto