Agapito Maestre
Contrasta el orgullo de Camps con el silencio de Rajoy. El orgullo es un pecado propio de sociedades aristocráticas, pero, a veces, se escenifica en las sociedades democráticas. Es lo que ha pasado en el acto de la despedida de Camps del poder. El discurso de su adiós es una pieza política para el análisis literario y filosófico. Independientemente de la valoración ideológica que nos merezca este acto, nadie negará que Camps se ha marchado con orgullo. El final de su discurso se parecía al reproche que Aquiles, en la Iliada, le hacía a su ejército: "Me habéis ofendido. Me marcho, adiós, desaparezco. Vuestro castigo será mi ausencia".
Aunque en las sociedades democráticas las ausencias apenas se notan, Camps apeló a ella para mostrar algo más que su herido orgullo, su honradez, que tendrán que ser confirmada o, quizá, cuestionada por un tribunal de justicia. Cualquiera sea la manera que se intérprete esta despedida de Camps del poder, uno no puede dejar de tener la sensación de que, hoy como ayer, no hay razón sin delirio. He ahí, otra vez, la única continuidad visible que pueda establecerse en la vida española: el anhelo y la nostalgia, la entrega y el despego, la búsqueda y el refugio de mesura e inteligencia a través de las formas más extremas del comportamiento humano. Hasta en el delirio, en el disparate, en el esperpento y en el exabrupto hay ansias de inteligencia y restos de mesura!
Entre el plagio y la repetición, entre la literatura y la naturaleza, la memoria escribe con pensativo sentir acerca del carácter enigmático del tiempo político. ¿O acaso no es un enigma que pocos imitarán la conducta de Camps? ¿Cuántos socialistas seguirán la conducta de Camps? Sospecho lo peor. El enigma ha desaparecido.
Herme
Pues hombre, orgullo...No sé. con la justicia manipulada como está me temo que no podrá sacar mucho en claro. La justicia hoy por hoy no está para defender a los populares. Es el juego sucio por parte de los socialistas lo que prima.
Javi
Esto es como la campaña del NO A LA GUERRA. Mucha gente ha caído en la trampa, entre ellos los de LibertadDigtal. Y como dice Agapito: muy mal por Rajoy, pues el problema no es Camps, sino Rajoy.
Norberto
Es una pena lo de Camps...Pretenden dar ejemplo a unos necios como los del PSOE. No han elegido bien. Yo no hubiera dimitido.