Ibiza Melian
El desarrollo de los sectores productivos de cualquier zona, genera una mayor riqueza para la administración pública, recursos que deben destinarse al incremento del bienestar social de los ciudadanos. Pues bien, este axioma irrefutable no se cumple en los municipios eminentemente turÃsticos.
Los ayuntamientos perciben prestaciones de estamentos superiores sólo atendiendo al número de personas censadas. Y es ese factor el que marca el gran desequilibrio. Puesto que en muchos casos los turistas superan a los residentes y ocasiona su atención igual desembolso para las arcas públicas que otra persona que viviese allÃ. Producen basura, usan las infraestructuras (carreteras, aceras, alumbrado) es necesario garantizarles su seguridad a través de la policÃa se requiere la limpieza y mantenimiento de playas, bosques, jardines sanidad,…Mas si los gastos superan a los ingresos es complicado sostener dichas labores. ¿Cómo se ha sufragado esta diferencia monetaria hasta ahora? Pues muy sencillo, gracias al dinero proveniente de la construcción, que entraba en los ayuntamientos mediante la concesión de licencias urbanÃsticas. Pero el territorio es frágil y limitado, nuestro valor más preciado, el cual hay que proteger y salvaguardar para garantizar el futuro. Además la ralentización económica a nivel mundial ha parado en seco la venta de viviendas, pudiéndonos encontrar por nuestras costas auténticos pueblos fantasmas.
Muchos de los Municipios TurÃsticos ya preconizan que no podrán abonar las nóminas de sus empleados, limpiar las calles con la asiduidad necesaria, mantener los parques y jardines, etc, etc. Si esto no se hiciera mermarÃa la calidad del resort, con lo que perderÃa atractivo, acarreando rápidamente la bajada de precios en la oferta alojativa. EntrarÃamos en un cÃrculo vicioso de difÃcil salida, bueno lamentablemente hay una, que al final esas circunscripciones ya no serÃan turÃsticas sino residenciales. Y mayormente no de calidad, puesto que son entornos donde muchas personas cohabitan en lugares reducidos durante largos periodos de tiempo, al no respetarse el espacio personal imprescindible surgen los conflictos, derivando en demarcaciones categóricamente degradadas.
Cuando la riqueza fluÃa alegremente nadie se preocupó en legislar sobre el Estatuto de Municipio TurÃstico, que lleva décadas reivindicándose. Pero actualmente su implantación no se puede posponer más. Lo más triste de todo es que inclusive las necesidades básicas dotacionales de ciertos lugares aún no se han cubierto, por no tener carecen hasta de colegios, hospitales, centros culturales, bibliotecas, canchas deportivas,…
Nuestros destinos precisan mejoras urgentes para ser competitivos y la población debe contar con una óptima calidad de vida, con lo que los fondos otorgados para estos menesteres han de ser en base al número de huéspedes y lugareños. Seguir aplazando más este debate llevarÃa al fallecimiento de la industria turÃstica, como ya pasó con los astilleros en el Norte de España, el calzado y textil en Levante, la conflictividad del sector automovilÃstico vigente,…Esperemos que no seamos como el cuanto del lobo, que cuando se anunció su llegada reiteradamente, nadie se lo creyó y finalmente vino y a todos se los comió.