Carlos Dómine_______________

Realmente estoy "indignado" con el espectáculo que vi ayer en la madrileña Puerta del Sol de Madrid... Para los que no la conozcáis, la Puerta del Sol podría calificarse como el nudo gordiano del distrito Centro de la capital de España. Es el núcleo del Madrid más típico y turístico y, todo lo que ocurra en ella, repercute, de una forma directa o indirecta, en el resto de la ciudad... Como sabréis la mayoría de vosotros, en esta plaza se asentaron durante unos meses los conocidos "indignados" del 15-M, un movimiento idealista que ni él mismo sabe lo que persigue (pues es una curiosa mezcla reactualizada de los ideales hippies, de los revolucionarios del 68 y del marxismo de salón, todo bien revuelto en un desequilibrado cóctel de palabras vacuas)... pero, al menos, es el único "movimiento" existente en esta parálisis intestinal a la que nos ha conducido el Gobierno de España... Pues bien: ayer tuve la ingenua ocurrencia de acercarme a las distintas bocacalles que confluyen en la tan renombrada "puerta" y me encontré que en ella habían instalado un auténtico candado policial... Sorprendía ver cómo, durante dos días, se lleva impidiendo el acceso de cualquier persona a la misma... Y la situación parece que tiende a prolongarse... Para acceder al metro debía darse un circular y largo rodeo de kilómetro y medio hasta alcanzar la entrada de la Gran Vía, ya que las de Sol estaban cerradas... Los distintos comerciantes con los que hablé estaban, ciertamente, también indignados con las órdenes que habían recibido los policías, que -como todos sabéis- "son unos mandados". Explicaban que la inexplicable situación actual era incluso peor que cuando estuvieron asentando sus posaderas los perrofláuticos de temblorosas manos que tantas delicias procuraron a los turistas que pululaban por ahí, ofreciéndoles unas fantásticas y originales fotos que serán el centro de sus álbumes de viajes por ignotos y tercermundistas países... Los susodichos comerciantes comentaban que las pérdidas que estaban padeciendo eran, proporcionalmente, superiores a las procuradas por la acampada neohippie. Pero una pancarta que enarbolaban los poquísimos manifestantes que plantaban cara a la situación, me llamó la atención: "Vosotros sois grises aunque vais de azul..." Efectivamente... Nunca antes se vio en nuestra capital un remedo tan exacto de la antigua y gris policía franquista que en esta nueva reedición del siglo XXI de las absurdas y prepotentes "órdenes del Ministerio del Interior" de pretéritas y nuevamente cercanas épocas fascistas...