Una grúa equipada con un brazo hidráulico de 72 metros de altura levantó el monolito republicano de la fosa común del cementerio municipal en la que se encuentra desde hace tres décadas. Para poder desarrollar la actuación sin riesgos para la integridad del monolito, se le ha acoplado previamente una estructura compuesta por tres capas: plástico aireado, poliespán de alta densidad y tablero de aglomerado de 19 milímetros, al que se le ha acoplado una pieza compuesta por perfiles de acero y soldadura. Dicha pieza fue diseñada expresamente por el Gabinete Técnico Municipal en colaboración con la empresa Grúas Bonet y fabricada en el almacén municipal a cargo de los operarios de la Brigada. Después fue homologada para certificar que estaba preparada para soportar un peso de hasta 4.500 kilogramos. El monolito, con unas dimensiones de 80x40 centímetros de base y 3,60 metros de altura, ha sido levantado sin ninguna incidencia tras eliminar operarios de la brigada municipal el hormigón y herrajes que lo sujetaba al suelo, para depositarlo posteriormente sobre unas tablas de madera junto a la fosa común. Con anterioridad a esta actuación se desmontaron uno por uno los más de 260 azulejos que de modo individual recogen los nombres de aquellos cuyos restos mortales descansan en ese lugar. Las piezas cerámicas han sido cuidadosamente embaladas y aguardan en el almacén municipal hasta que llegue el momento de ser repuestas en su lugar original, junto con el monolito. Acabada la fase del desmontaje del conjunto será el equipo de arqueólogos y forenses contratados por la familia de José Celda quien se ocupe de la búsqueda y exhumación de sus restos mortales. Josefa Celda, hija del represaliado, ha agradecido esta mañana en el cementerio la labor realizada por el equipo técnico municipal. "Han hecho un buen trabajo, han sido muy meticulosos, esa era mi voluntad, pues deseo que al finalizar la búsqueda de mi padre todo quede exactamente como se encontraba anteriormente", indicó Josefa Celda.