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De unas elecciones municipales a un conflicto bélico

Manuel J. Ibáñez Ferriol

Ando revisando mi hemeroteca personal, sobre todo en temas históricos del siglo XX, y como tenemos unos comicios electorales municipales y autonómicos, he podido vislumbrar ciertos paralelismos, con unos hechos que conviene recordar, para no caer en el mismo error, que se saldó con sangre, muerte, odio y enfrentamiento entre españoles. Pero sepamos antes que es un proceso electoral, para continuar por un análisis "sin pasiones" de la situación acaecida, para finalizar con un pensamiento a tener en cuenta.

En política, una elección es un proceso de toma de decisiones usado en las democracias modernas donde los ciudadanos votan por sus candidatos o partidos políticos preferidos para que actúen como representantes en el gobierno.

Una reforma electoral describe el proceso de introducir sistemas electorales justos y democráticos donde estos no existen, o mejorar la efectividad y transparencia de los sistemas existentes. La pregunta respecto a quién debe sufragar es un asunto central en las elecciones. En el electorado generalmente no se encuentra incluida la población entera por ejemplo, muchos países les prohíben votar a las personas declaradas mentalmente incompetentes además, todas las jurisdicciones requieren una edad mínima para votar

Históricamente, muchos otros grupos han sido excluidos de las votaciones. Por ejemplo, la democracia de la antigua Atenas no permitía a las mujeres, extranjeros y esclavos el derecho al voto, y la constitución original de los Estados Unidos permitía el voto solo a hombres blancos y propietarios. Gran parte de la historia de las elecciones se trata sobre la lucha y promoción del voto para los grupos excluidos. El movimiento para el sufragio femenino le entregó a mujeres de muchos países el derecho a votar, y la aseguración del derecho al sufragio libre fue el mayor éxito del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos. La extensión del derecho al voto de otros grupos que se mantienen excluidos en algunos lugares (tales como los convictos por felonía, miembros de ciertas minorías y los desaventajados económicamente) continua siendo una meta significativa para los derechos electorales.

En algunos países, el voto es obligatorio por ley si un votante no ejerce su deber, puede verse sujeto a castigos, que van desde multas pequeñas hasta prisión. En una democracia directa, cualquier persona elegible puede ser nominada. En algunos países, solo miembros de un particular partido político pueden serlo. En los Estados Unidos, por ejemplo, comúnmente candidatos partidistas necesitan una cantidad menor de firmas que apoyen su nominación a aquellos candidatos que sean independientes.

Unas elecciones municipales, similares a las que tendrán lugar el próximo mes de mayo en todo el país, fueron la antesala de la proclamación de la Segunda República en España el 14 de abril de 1931. En aquellos tiempos, la monarquía de Alfonso XIII, abuelo del actual monarca español, languidecía por efecto del desastre político y económico que supuso la dictadura de Miguel Primo de Rivera, un militar africanista que derrocó el imperante turno de partidos entre conservadores y liberales que dio un golpe de Estado en 1923. El militar respetó la jefatura del Estado del rey Borbón, pero en cambio se hizo con todos los resortes del poder político.

Primo implantó un régimen dictatorial que dominó todos los resortes de la sociedad y de la política del momento. Cabe citar la importancia el peso específico que tenía en ciertos sectores el sindicato anarquista CNT -sobre todo en el mundo rural español- y todo tipo de iniciativas republicanas ligadas a movimientos eminentemente urbanitas. En este contexto, el rey Alfonso XIII se encontraba en una posición debilitada. Los fracasos militares en África y una crisis económica precipitaron la salida de Primo de Rivera del poder y su exilio. Los políticos que ocuparon el vacío dejado por el dictador procedían del régimen anterior, el del turno de partidos instaurado por la Restauración. Sin embargo éstos ya no gozaban del beneplácito de la población, que les culpaba del advenimiento de la Dictadura. Este desprestigio arrastró al monarca.

Los comicios municipales del año 31 se presentaban de manera similar a los anteriores. Tal y como estaba previsto, los caciques rurales moverían los hilos para que el turno rotatorio en el poder entre liberales y conservadores se hiciera efectivo. Sin embargo, se escapaba de su dominio el mundo urbano de las ciudades. En ellas encontró un nido de votos las nuevas fuerzas políticas que se presentaban a unas elecciones municipales en España: las republicanas. Los resultados fueron elocuentes: las fuerzas republicanas vencieron en todas las capitales de provincia españolas excepto en Burgos y Vitoria. Alfonso XIII sacó inmediatamente una conclusión dramática de este hecho: los españoles daban la espalda a la monarquía. Y en un acto de gallardía, el rey Alfonso XIII decidió abdicar del trono y también por sus hijos y exiliarse junto a su familia. De esta forma, quedaron las puertas abiertas para la proclamación de la República un 14 de abril de 1931.

La derrota en las elecciones municipales de 1931 de los candidatos monárquicos obliga al rey Alfonso XIII a partir para el exilio, aunque no abdica formalmente, y abre el camino para la llegada de la 2 República en España. Durante los tres gobiernos que hubo en este periodo, dos de izquierdas y uno de derechas, se hizo aún más patente la división política en las famosas dos Españas, cuya inquina mutua abocaría al país a una guerra civil.

Esta etapa está definida por la elaboración de la Constitución de 1931, la primera votada por el pueblo español, que supuso el mayor avance en derechos y libertades individuales, hasta ese momento, de la historia de España, en la que se establecía: La Soberanía popular, el poder reside en el pueblo conformado por ciudadanos libres e iguales, más exactamente "república de trabajadores de toda clase". Sufragio universal masculino y femenino, este último, objeto de fuertes debates en el congreso de los diputados, con objeciones incluso desde la izquierda que consideraba que las mujeres, al estar menos instruidas, serían más permeables a la manipulación por parte de los sacerdotes y la Iglesia.

El establecimiento de la laicidad del Estado como principio constitucional, tema verdaderamente espinoso por la tradición católica de España y que aún es causa de controversia en nuestros días, y la total eliminación de la dimensión religiosa en la vida pública, así como el derecho a la libertad de conciencia y de culto junto con la abolición del presupuesto asignado a la Iglesia católica, define la principal vía de confrontación entre la izquierda y la derecha, enfrentamiento que sería permanente durante todo el periodo republicano.

Derecho a la educación, aprobación de la enseñanza mixta, así como la prohibición de ejercer la enseñanza a los religiosos, para lo cual se elaboró un ambicioso plan de construcción de escuelas, en apenas diez meses se construyen 6.750 y se contratan más de 7.000 profesores, con el objetivo último de edificar 27.000 centros de enseñanza primaria.

Se reconoció por primera vez el derecho de las regiones de España a conformarse en autonomías, de esta manera se aprobó el Estatuto de Autonomía de Cataluña que tuvo un gran rechazo por parte de la oposición conservadora.

Se regula el matrimonio civil y el divorcio, en cuyo caso, se permite a la mujer, por primera vez, tener la custodia de los hijos. Se equiparan legalmente hijos legítimos y naturales y se prohíben las cláusulas de despido por matrimonio y maternidad.

La Ley de bases de la Reforma agraria conllevaba la expropiación de las tierras, propiedad de la nobleza en su mayoría, baldías o que no estaban siendo adecuadamente explotadas y el reparto de las mismas entre los campesinos y jornaleros. Desgraciadamente no se llegó a cumplir ni en un tercio de los alrededor de 60.000 realojamientos de jornaleros en un principio proyectados.

Todas estas medidas, que causaron un fuerte enfrentamiento entre la población, culminan con un intento de golpe de Estado fallido el 10 de agosto de 1932, encabezado por el general Sanjurjo, con el apoyo de diversas facciones de los partidos de derechas.

Las elecciones de 1934 supusieron la victoria de la derecha política que había concurrido unida a las elecciones, la izquierda fragmentada en multitud de partidos y el creciente nivel de desempleo unido al fracaso de algunas reformas, como la agraria, explican elocuentemente las causas de este resultado electoral. Las primeras medidas del gobierno de Lerroux, amnistía para los sublevados con Sanjurjo, paralización de la reforma agraria, de hecho se quitaron las tierras a los campesinos, eliminación de la enseñanza mixta etc., provocan una fuerte contestación en los partidos de izquierda cuya culminación es la Revolución de 1934, especialmente cruenta en Asturias, donde si tuvo el carácter de revuelta general.

Los revolucionarios mataron a más de 100 personas y en el enfrentamiento con las tropas regulares, que el gobierno había mandado para sofocar la revuelta, causaron 256 bajas entre militares y guardias civiles, provocando también la destrucción de multitud de iglesias, fabricas, puentes y diversos edificios. Indalecio Prieto, dirigente del PSOE, pediría años después perdón por estos sucesos.

La dura represión posterior a los enfrentamientos, denunciada incluso por una comisión de parlamentarios británicos, y el uso generalizado de la tortura y las vejaciones a los detenidos, provoca un creciente descontento que sería recogido por el Frente Popular, nueva agrupación de partidos de izquierda, con vistas a las siguientes elecciones.

Los comicios de 1936 supondrían la victoria del Frente Popular, el gobierno salido de las urnas decretaría una amplia amnistía para los involucrados en la revuelta del 34. En un ambiente de creciente hostilidad en el que proliferan las huelgas y los asesinatos por motivos políticos, la incapacidad del gobierno para mantener el orden frente a los radicales de ambas facciones, provoca el declive acelerado de la república.

El 18 de julio de 1936 el general Francisco Franco se subleva contra el gobierno causando, de facto, el fin de la 2 República Española y el comienzo de la guerra civil, la cual ganaría, y la posterior instauración de una dictadura.

Después de la exposición histórica de los acontecimientos ocurridos en unas "elecciones municipales", pensemos en que momento nos encontramos, y sobre todo, si necesitamos un nuevo liderazgo, o por consiguiente, debemos quedarnos tal cual. En algunas materias, como la cultura, ¿queremos seguir bajo el dominio de una cultura catalanista? ¿o nuestro deseo es que nos dejen ser y sentirnos valencianos? ¿queremos reivindicar el agua que es de todos? ¿o queremos seguir ahogados, incluida nuestra economía? ¿debemos seguir permitiendo la falta de seguridad en nuestros pueblos y ciudades? ¿o nuestro deseo es ir tranquilos por la calle, estar sin sobresaltos en nuestras viviendas, o encontrarnos que no podemos regar porque nos han robado el cable de cobre? ¿deseamos seguir pagando altos impuestos? ¿o queremos tener impuestos justos? Son muchas las preguntas que nos debemos hacer, antes de depositar nuestro voto en la urna. Pero eso si, tengamos presente la exposición histórica que hemos planteado, y salgamos al encuentro de las urnas, con paz, libertad y con la concordia democrática que nos debemos los unos para con los otros.


6 Opiniones
  • Jorge S.

    20.05.2011

    Un gran recopilatorio histórico. Me ha gustado mucho. Es una forma de aprender sobre nuestra historia ocultada tras el 78 en unos pocos minutos de lectura. Además de forma bastante imparcial.

  • Carmen

    20.05.2011

    Claro Amalio: propio de soviéticos.

  • Amalio

    20.05.2011

    ¿Es verdad que la izquierda se lo pensó dos veces cuando se quería conceder el voto a las mujeres porque se las consideraba tan tontas que serían más manipulables por la Iglesia?...Uyyy, qué "miedo"...Hay que ser rencorosos y anticristianos de primera para pensar eso. El machismo era lo normal por aquél entonces por eso no lo critico. Pero desde luego más anticristianos no podían ser.

  • Pedro

    20.05.2011

    Estas elecciones no van a ser tranquilas. La izquierda no lo quiere como ha venido ocurriendo desde el momento en que su ideario está completamente demostrado que NO VALE PARA NADA.

  • Andrés

    20.05.2011

    En España el odio es ua constante que no se ha querido sofocar desde siempre. El problema es que la derecha no maneja bien la propaganda y se deja manosear por la izquierda. La derecha posee más razones para ser mucho más eficaz que la izquierda y sin embargo siempre deja a la izquierda que le pise el terreno.

  • Chelo

    20.05.2011

    A ver si te escuchan los de la democracia "real"...Un artículo repleto de buenas intenciones.

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