Valencia Opinión Revista - Noticias de la Comunidad Valenciana y sus pueblos

DE BÁRBAROS Y OTRAS HIERBAS

EMILIA PASTOR

Presidenta de la Asociación para el Respeto y Convivencia con los animales Domésticos y Salvajes ( ARCADYS)

En épocas pasadas , muy lejanas en el tiempo ( siglo V de nuestra Era ) habitaron el planeta unos pueblos guerreros, primitivos y sanguinarios que constituidos en hordas, arrasaron, saquearon e invadieron campos y ciudades. Temidos por su sadismo, crueldad, saña y brutalidad, fueron llamados BÁRBAROS. De aquellos, como los de todos que emplean para sus conquistas la fuerza bruta y no la razón, nos ha quedado muy poco, prácticamente sólo el nombre, BÁRBAROS, que en lenguaje culto sirve para designar a los que cometen todo tipo de excesos y desmanes. Antes, cuando no estaban en uso las palabras y calificativos malsonantes, que ahora hace " progre" este término, incluía así mismo, a los que se atrevían a extorsionar, violentar y agredir a los demás , con sus insolidarias actitudes y su irrespetuoso comportamiento. Yo aprovechare este término BÁRBAROS y no otros, muy merecidos pero de probado mal gusto, para referirme a este último grupo: los ciudadanos que, de manera deliberada, pasan olímpicamente su problema al resto de la comunidad, atentando en ocasiones contra la seguridad vial, hiriendo la sensibilidad más elemental , gastando en su solución el dinero de nuestros impuestos, infringiendo las leyes, y provocando la muerte premeditada y violenta de seres sensibles, capaces de sufrir y sentir.

Obviamente, estoy haciendo mención, cuando digo BÁRBAROS (por utilizar un calificativo suave ) a los que eximiéndose de cualquier atisbo de responsabilidad cívica, legal y ética, abandonan a un animal de compañía con el que han departido sueños, fracasos, éxitos y frustraciones, para que la suerte que para él siempre es la misma, es decir mala, acabe con su insignificante y desgraciada presencia en el mundo de los vivos. Y lo hacen sin el menor sonrojo, sin la menor vergenza , sin el más mínimo remordimiento, como si la cosa no fuera con ellos . Los dejan tirados en las calles, perreras ( nueva forma de abandono) en los contenedores, en el campo y.... en las carreteras, poniendo en grave peligro la integridad física de los automovilistas ¿ Se ha pensado la cantidad de accidentes de tráfico que pueden haber estado provocados por el impacto del cuerpo del animal en el vehículo o el intento de esquivarlo ? ¿Cuántas muertes? ¿ Cuántas irreversibles secuelas? ¿Cuántos heridos se han cobrado las inocentes víctimas de este desacato? Coches que se estrellan sin motivo aparente, que chocan frontalmente con otro u otros, y no dejan testigos para contarlo...

¿ Y qué decir de los abandonados ? Vagan sin rumbo fijo, oteando el horizonte, perdidos, desorientados, confundidos, atemorizados, buscando en cada bocanada de aire fresco , el aroma familiar perdido. Otros yacen inertes, sumidos en la miseria de su propia aniquilación, sin restos de vitalidad aparente, transformados en una mancha roja sin nombre, un amasijo de pelos irreconocibles, un montón de penurias envueltas en sangre.... El resto prolongan su agonía en las jaulas públicas o privadas a la espera de que una inyección letal acabe con su drama . Macabro final de una criatura que debió vivir, porque nada hizo para hacerse acreedor de esta muerte. Nacer y tener por dueño a un BÁRBARO ha sido su pecado y su pena . Mientras tanto el BÁRBARO causante de su infortunio seguirá viviendo al amparo del anonimato o de la acomodaticia fórmula de la cesión del animal al ayuntamiento de turno .

Quisiera pensar, necesito pensar, que en algún sitio del desconocido Universo, hay un lugar de paz y reposo para estos y otros infelices , para estos y otros desgraciados, a salvo de BÁRBAROS y DESALMADOS, sobre todo después de averiguar que, al parecer la palabra ANIMAL proviene, etimológicamente, de la palabra ÁNIMA en griego y latín : ALMA . ¿Será verdad que existe un cielo para ellos ? Sería bonito que así fuera. Al menos, así parece deducirse de la visión extracorpórea de un joven paciente de 17 años, que en una experiencia cercana a la muerte, y contada en un programa científico por el médico que lo atendió en la Unidad de Reanimación de un hospital andaluz, al final del famoso túnel luminoso, común en todas estas experiencias su perro, recientemente fallecido, fue el único que salió a recibirle....! Que preciosa historia


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