El Papa Francisco usó un vehículo compacto en su primer recorrido por las calles de Rio de Janeiro hacia la Catedral de esta ciudad, donde abordó el Papamóvil para saludar a los miles de peregrinos que salieron a las calles a darle la bienvenida.

Debido a un error de la comitiva, el primer tramo de este viaje resultó accidentado porque el vehículo debió detenerse varias veces por el tráfico. Decenas de jóvenes trataron de acercarse al Pontífice y pusieron en aprietos a los miembros de seguridad.

El episodio terminó sin contratiempos y el Pontífice finalmente subió al helicóptero que lo llevó hasta el Palacio de Guanabara donde tuvo lugar la ceremonia oficial de bienvenida.