La "decana" de las religiosas de la diócesis de Valencia, perteneciente a la congregación de las Operarias Catequistas, ha conmemorado su centenario en la Casa General ubicada en la localidad valenciana de Alaquás, en donde reside.

Amparo Guillem, natural de la localidad alicantina de Xixona, tomó hábitos hace siete décadas como religiosa de las Operarias Catequistas, según han indicado hoy a la agencia AVAN fuentes de la congregación. Permaneció 14 años en la comunidad de Gandía y, desde el año 1964, cuando fue nombrada Superiora General, se encuentra en Alaquás. También fue consejera de la congregación hasta el año 1982. A partir de ese momento se ocupa de las labores de atención de la comunidad "con gran sencillez y eficiencia y siempre dedicada al servicio de Dios", según las mismas fuentes. Amparo Guillem es "muy valorada y apreciada por su tesón y fortaleza", según han resaltado religiosas de su comunidad. "Para toda la congregación es un gozo contar con su serena presencia en nuestras vidas", han indicado. La religiosa ha celebrado, recientemente, su aniversario con una misa de acción de gracias junto al resto de su comunidad y familiares que acudieron desde su localidad natal. Igualmente, el orfeón de Xixona participó en la ceremonia a la que también asistieron numerosos vecinos del municipio que a lo largo de su vida han tenido relación con Amparo Guillem.

La congregación de las Operarias Catequistas fue fundada en 1909 por la venerable Josefa Campos, natural de Alaquás, cuyo proceso de canonización está en curso, con el carisma de atender la catequesis parroquial y la educación.

La fundadora inició su misión como seglar, construyendo un internado en Alaquás para el cuidado de chicas jóvenes con problemas familiares y dando catequesis en las parroquias. Con el tiempo, se fue ampliando su acción a otras jóvenes y en 1925 fueron reconocidas como congregación.